Sin duda este debate cada vez está más sobre la mesa y tanto la gente como la industria quiere saber como afectan estas plataformas a las clásicas salas de cine y que cabe esperar de ellas en un futuro no muy lejano. Desde la aparición de Netflix y HBO los hábitos de consumo han cambiado y ahora es la gente que decide que ver y cuando verlo. Además de esta comodidad es normal que muchas de estas personas se hayan decantando quedarse en casa y ver contenidos online en plataformas de pago como Netflix, FOX, Amazon Video, entre otras muchas…
Hay que tener en cuenta que muchas de estas plataformas tienen un precio que es el mismo al de una entrada de cine que solo te permite ver una sola película, por el mismo precio tienes un mensualidad en cualquiera de las plataformas mencionadas. Claro está que no tienen nada que hacer las salas de cine en cuento precio y catálogo se refiere.
Desde nuestro punto de vista las salas de cine continuarán existiendo durante muchos años porque la experiencia y las sensaciones que te da una sala de cine clásica no te la da un televisor o una pantalla de ordenar en casa. Por eso podemos ver como las taquillas y salas de cine se siguen llenando año tras años sobretodo cuando hay grandes estrenos o películas que el protagonista es una gran estrella de la gran pantalla.
También no podemos obviar que muchas de estas salas de cine se están modernizando (por fin) y ofrecen experiencias únicas como efectos 3D, asientos con vibraciones, sistemas de sonido de última generación y ahora incluso comida exclusiva que solo se puede comprar en determinadas sesiones según la película que se vaya a proyectar.
Todos estos elementos hacen que la opción de ir al cine solo o en compañía sea una opción que muchos escogen para pasar una tarde de domingo antes quedarse en casa viendo alguna serie o película de Netflix. La experiencia de ir al cine todabía sigue pesando mucho entre los usuarios y muchos de ellos prefieren pagar 9 euros por una sola película. Aunque tenemos que destacar que muchos usuarios tienen la costumbre de ir al cine y tener la tarifa de su plataforma de streaming activada. Según el poder adquisitivo de la persona no es una cosa extraña que cueste de encontrar.